Sunday, April 20, 2008

 
V DOMIMGO DE PASCUA.
¿JESÚS ES EL CAMINO? Jn 14: 1-12


¿Quién de nosotros nos atrevemos a dudar que Jesús es el camino, la verdad y la vida? ¡Ninguno! ¿cierto? Por algo estamos aquí alrededor de su mesa, alabándolo, escuchándolo, compartiendo su palabra y su pan-su cuerpo. Pero, ¿por qué en la sociedad donde vivimos aquellos que decimos que Jesús es el camino, no encontramos el camino correcto para salir del subdesarrollo, de la violencia, de la mediocridad? No entiendo Señor, no entiendo, a lo mejor tu queja contra Felipe, uno de tus discípulos que ha compartido tiempo contigo sea hoy la gran realidad que habita en nuestro espíritu: ¡TANTO TIEMPO QUE ESTOY CON USTEDES Y NO ME CONOCEN!

JESÚS REVELA Y SE REVELA: el evangelio de Juan nos invita a pensar en grande, a sentir en profundidad, en ninguna parte de los evangelios se habla con tanta claridad cuál es la finalidad de Jesús: revelar al Padre, buscar su Gloria, ni quién es Jesús, como en este evangelio, claramente afirma: quién me ve, ve al Padre. ¿Está todo dicho? ¿Hay alguna verdad mayor que afiance nuestras vidas y confirme nuestra fe? El evangelista Juan pone en labios de Jesús estas afirmaciones justo después de la cena de despedida del capítulo trece donde lavó los pies a los suyos y les encomendó el mandamiento del amor. Ahora desde el capítulo 14 al 17 hay un largo discurso, monólogo de Jesús, con unas cuantas intervenciones de personajes secundarios, como los discípulos, Tomás, Felipe, en donde Jesús va preparando a los suyos para la partida definitiva y les encomienda seguir su causa, proseguir su obra. Los verbos ir y venir serán la clave para entender este misterio. Se va a la casa del Padre, a prepararnos una morada, pero vendrá para llevarnos. Nos conforta con su presencia, no tengan miedo, adelante, pero nos desafía en la ausencia: quién me cree, hará obras mayores. En esta quinta semana de pascua donde tratamos de comprender el misterio de la resurrección este es un evangelio que nos da una de las grandes pautas para vivir como resucitados: Quien cree en la resurrección reconoce la presencia del Señor en medio de su aparente ausencia en el mundo, y sobre todo actúa. Creer es reconocer y luego confiar. Confío en quien reconozco la bondad, la belleza y la verdad de su vida y palabras.
LA VIDA ES COMO UN BUEN VINO (T. deMello). Lo hoy compartido solo se comprende desde la experiencia y hoy más que nunca nuestra sociedad pide y anhela hombres y mujeres que vivan la fe en las pequeñas cosas, en el día a día, cuando ordenamos nuestra casa, hacemos bien nuestro trabajo, como en las grandes causas, cuando aportamos soluciones a los males de nuestro país, cuando nos sentamos a pensar en una constitución que abarque a todos los grupos que vivimos en ella, y que en medio de tanta variedad que la conforma, nos una el espíritu de la verdad, de la solidaridad, de la causa justa. Solo me queda probarlo, experimentar o distraerme en elucubraciones teóricas. Que los que saben del buen vivir nos ayuden: “La vida es como una botella de buen vino. Algunos se contentan con leer la etiqueta. Otros prefieren probar su contenido. En cierta ocasión mostró Buda una flor a sus discípulos y les pidió que dijeran algo acerca de ella. Después de contemplarla y guardar silencio, uno elaboró una conferencia filosófica. Otro compuso un poema y otro una descripción científica de sus partes. ¡FABRICANTES DE ETIQUETAS!... el último de los presentes, miró la flor, sonrió, rió y no dijo nada… solo ese vio la flor, los demás la etiquetaron. Muchas personas pasan la vida fabricando etiquetas, pocas prueban el vino.”

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