Sunday, August 12, 2007

 
¿QUÉ ES LA VIDA? Lc 12:13-21. D. XVIII. T.O

LO QUE NO ES. Las lecturas de hoy nos interpelan sobre el sentido de la vida, y para ello nos aclaran que la vida no es solo trabajar, eso es vana ilusión (Eclesiastés). Luego nos recuerdan que el tiempo pasa, y rápido. Pero, la vida no es un marchitarse (salmo 89). Y el evangelio nos remata cuando nos advierte: “no está la vida en el poseer ni en el acumular.” Claro, pero qué poco caso hacemos, y seguimos viviendo de tumbo en tumbo, malgastando lo mejor que se nos ha dado: la vida, pero aún no sabemos vivir a plenitud.

PARA VIVIR HAY QUE MORIR. Esta verdad no ha estado de moda nunca. A ninguno nos gusta pensar en la muerte, no queremos, nos aterra. Jesús nos advierte sobre el peligro de la codicia. Jesús no es un iluso ni un ingenuo, él sabe lo que hay en el corazón humano, sabe de sus posibilidades como de sus miserias; se da tiempo para que en medio de una multitud, atender la pregunta de uno de los presentes. ¡Las delicadezas del Señor! Pero quiere que todos lo tengamos claro: la vida no está en el poseer. ¿Qué poco caso hacemos? Y la ambición por el dinero, el tener, la fama, el poseer, autos, propiedades es un deseo de todo ser humano. ¿Para qué tanta fatiga? Por ello nos invita a pensar en profundidad y a largo plazo y nos cuenta la parábola del “rico insensato,” “necio o tonto,” quien en diálogo consigo mismo, propio de quien niega la realidad, ni el menor respeto o cariño por los demás, ensimismado en sus pensamientos se pregunta: ¿cómo podré almacenar más mis cosechas? La pobreza de millones de personas que no tienen lo mínimo para vivir, no forman parte de sus sentimientos ni pensamientos. El Señor va al grano: ¡INSENSATO! Cuando no estúpido, en algunas traducciones. “Esta misma noche vas a morir ¿Para quién serán todos tus bienes?” El preguntarse por la muerte no es amargarse la vida, todo lo contrario es aprender a vivir en la tensión del don recibido y de la tarea encomendada. Estamos en este mundo para realizarnos plenamente, combinando, trabajo y descanso, éxitos y fracasos. La muerte nos recuerda la relatividad de nuestra existencia y el llamado del amor. Dios nos quiere para la eternidad, pero libres y realizados. La muerte es el momento oportuno de ese encuentro. Muchos prefieren ser como el “cicatero” (el codicioso, el tacaño) que en la juventud, gastó su salud buscando riquezas, y en la plenitud gastó sus riquezas buscando salud. Y ahora sin riquezas ni salud, ahí va el cicatero en un ataúd.
TODO DEPENDERÁ DE MI VISIÓN Y ACTITUD: Si logro ver el fin de mi vida, y tener la actitud adecuada, podré vivir a plenitud. Tres hombres, picapedreros realizaban el mismo trabajo por el mismo salario. Al preguntarles por separado para qué lo hacían. Uno respondió pues, para cumplir con lo que hay que hacer y tener un maldito sueldo que no alcanza para nada. Otro dijo, no queda otra, no hay más trabajo, prefiero esto antes que nada. El tercero dijo para poder colaborar en la construcción de una linda catedral y que la ciudad se vea más bonita, y habré colaborado en un bien mayor. ¿CUÁL ES TU ACTITUD ANTE LA VIDA? ¿PARA QUÉ SIRVE LA VIDA QUE HAS RECIBIDO Y CONSTRUIDO?

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