Friday, March 09, 2007

 
“¿PARA QUÉ OCUPAN LA TIERRA INÚTILMENTE?” (Lc13:1-9)
PREPARAR EL FINAL


FIN Y FINALIDAD. Estamos en el tercer domingo de cuaresma, camino hacia la pascua, tiempo de disciplinarnos, aprender a ordenarnos y crecer en todo sentido. Hoy se nos advierte sobre el final de la vida humana y la finalidad de la existencia en dos preguntas de las dos partes del evangelio: ¿piensan que esos Galileos que acaban de morir, unos por accidente, una desgracia imprevista, se les cayó encima un edificio, una torre, y otros por mandato del tirano de turno, son más pecadores que ustedes? Y la otra, si la higuera no produce fruto ¿para qué ocupa la tierra inútilmente? San Ignacio de Loyola en sus ejercicios espirituales aprende bien el ejercicio imaginativo que mueve la voluntad y dirigirá las acciones de quien piensa sobre el fin de la vida y la finalidad de la existencia, y una de sus recomendaciones a los ejercitantes es pensar en la muerte, en los castigados y condenados para que viendo la maldad, torpeza y error no haga yo lo mismo y me arrepienta y reforme mi vida. Dicho en positivo, aprovecha las oportunidades de la vida, mira los errores de los demás y corrígete. Piensa en la totalidad de la vida, no te enredes en las partes. Y el fin de la vida, no es la muerte, sino la eternidad, y la finalidad de la vida, no es el mecanismo de producción, acumulación y consumo, sino una vida plena, fructífera. Los capitalistas nos han enseñado el sentido de la actividad productiva y no dejan ni un solo árbol sin podar, ni un pedazo sin producir, ni un río sin contaminar, ya sabemos a dónde nos lleva esa lógica. El Movimiento sin tierra nos invita a ocupar por justicia lo que otros no ocupan. La lógica es correcta el método discutible. Jesús nos invita a pensar, imaginar y actuar. Su método es diferente del capitalista y del socialista “Señor, déjale este año a ver si da fruto.”

APRENDER DE LA HISTORIA. Países como el Ecuador tienen la desventaja de haber producido la peor democracia de la historia, y sus políticos persisten en la torpeza, la troncha y la corrupción. Nadie les cree, pero los seguimos eligiendo. Nadie cree en el cambio, pero insistimos en los mismos métodos. En el amor, pocas parejas creen en el arrepentimiento de su infiel amado o amada, pero no queda otra, seguimos con la misma pareja pues es mejor malo conocido que bueno que no se encuentra, el miedo, la inercia, la rutina son las motivaciones. Se acabó la pasión, la imaginación, imposible resucitarla, imposible darse otra oportunidad, la experiencia no es un accidente. “Cría fama y échate a la cama.” Lo mismo le pasaba al dueño de la higuera “durante tres años he venido a buscar frutos y no los encuentro.” La conversión, el cambio, la reforma parecen un sueño, una utopía.

LIBERARNOS DE PREJUICIOS. La gran pregunta que muchos nos hacemos es ¿por qué el ser humano no puede cambiar su corazón? ¿por qué el cristiano o cristiana no pueden transformar esta historia? Una pista podría estar en liberarnos de los prejuicios y falsas imágenes de Dios. Quien cree en un Dios que manda desastre y catástrofe no saldrá de la ingenuidad de los que creen que los niños vienen de la cigüeña. Quien no corrige su imagen de Dios jamás encontrará el camino. ¿Quién eres Señor?, pregunta Moisés. –Yo soy el que soy-dice el Señor. El innombrable.

LA PERCEPCIÓN CORRECTA nos la da la primera lectura con la experiencia religiosa que tiene Moisés. Aprendamos a ver la realidad, a sorprendernos de los signos de Dios en nuestras vidas, la zarza que arde. Para ello debo arriesgarme, acercarme y quitarme las sandalias (Ex3). El salmo 103 nos dice claramente lo que Jesús y el dueño del terreno de la higuera practican, “El Señor es compasivo y misericordioso.” Dan otra oportunidad, para ver si damos fruto.
La vida es preciosa, cuídala. La vida es amor, gózalo. Pero la vida es un reto, enfréntalo.

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