Friday, January 19, 2007

 
“PARA QUE VEAS LA VERDAD”. (Lc 1:1-4; 14-21).
III Domingo del T.O

VER LA VERDAD. La verdad es una de las palabras claves de nuestra existencia individual y colectiva. La reflexión filosófica ha gastado miles de neuronas y páginas para comprenderla. La historia nos muestra la distorsión que le damos. Hoy se prefiere, como dice el cantor: “una mentira feliz”. ¿Pero es que la felicidad y la verdad deben estar disociadas? La propuesta cristiana es una apuesta por la verdad, total, plena que se nos ha manifestado en Jesús de Nazaret, su intención, su misión. Veamos.

LUCAS, quien nos acompaña este año, ciclo C, es el evangelio más trabajado a nivel de estilo, comienza un proceso de literización del cristianismo, pasar de narrar historias de testigos oculares, a narrar historias “minuciosamente informadas, ordenadas”. El problema entre fe e historia, es el mismo problema que tenemos los cristianos entre fe y vida, como cualquier humano entre el pensar y actuar, querer y hacer. Lucas intenta narrar historia, lo que él entiende es “escribir sobre los eventos que han acontecido entre nosotros”. Su resultado será no solo el uso de géneros literarios que emplean la ficción, la reinterpretación de historias antiguas, veterotestamentarias, de modelos literarios griegos, su prólogo (vv 1-4) es un buen ejemplo de ello. Pero lo central es que nos tramite la verdad de Jesús de Nazaret, comunicarla a una comunidad concreta que va ampliando su geografía, su cultura. No le satisface la manera como se han narrado anteriormente y desea recontar la historia de Jesús. Su obra es un arte de saber narrar la verdad.

LA FIGURA de Jesús que nos transmite Lucas sigue las líneas centrales de la teología tanto del evangelio Lucas, como de los Hechos de los Apóstoles, escritos por el mismo autor y con la misma intención: proclamar que las promesas de Dios hechas al antiguo pueblo judío, “hoy se cumplen”, y que su pretensión es universal: “su fama se extendió por toda la región”, y todos los sujetos citados de la acción en la nota de Isaías están en plural. Y por ultimo Lucas será el evangelio que proclame la centralidad de los pobres como destinatarios privilegiados del amor divino, y como sujetos principales en esta historia de salvación: la buena nueva, la libertad, la curación y el año de gracia son necesidades universales que se muestran desde la parcialidad por quien más sufre, de quien más lo necesita. Esta es la visión de la historia que nos señala el camino para esa humanización de este mundo tan sectario, interesado y competitivo. Si no lo hacemos desde abajo, si nos callamos ante las injusticias que vemos, jamás veremos la verdad de Dios, que no negocia con las desigualdades ni discriminaciones. Y esto es lo que no nos gusta ni ver, peor oír. Pero hoy el profeta Jesús, “inspirado por el Espíritu, lo proclama”.

“La historia es maestra de la vida”, y hoy la historia de Jesús de Nazaret nos puede ayudar a recordar ciertas verdades evidentes que solemos olvidar: “Aprenderás que las circunstancias y el ambiente que nos rodea tienen influencia sobre nosotros, pero nosotros somos los únicos responsables de lo que hacemos. Descubrirás que se lleva mucho tiempo para llegar a ser la persona que quieres ser, y que el tiempo es corto. Madurar tiene más que ver con lo que has aprendidode las experiencias, que con los años vividos”. La verdad no es adecuación de mis ideas a la realidad, sino el desvelamiento –aletheia- de la belleza y bondad del ser-realidad. Eso fue lo que Jesús proclamó cuando desenrolló el papiro de Isaías, se desveló su verdad.

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