Friday, November 17, 2006

 

EL JESUS DE MARCOS

EL DIOS DE JESUS Y EL JESUS DE MARCOS (AÑO B)

Resumen de los temas tratados en las reflexiones de este año litúrgico 2006.Marcos nos narra la historia de Jesús para alimentar la fe de las comunidades en conflicto para recordar y recuperar la tradición de Jesús, cuyo impacto produjo la fe y el coraje de proclamarlo como Mesías Crucificado (Mc 14:39) a quien primero se dedicó a predicar y construir el Reino de Dios (Mc 1:14-15). La narratividad de Marcos no es solo una buena historia que tiene un principio, medio y fin, es la mejor manera de decir la verdad, que combina datos trascendentes con datos inmanentes, es decir la historia verdadera se entrecruza con la imaginación, es difícil separar fe y historia, como tampoco es justo mezclarlas sin crítica. Por ello la narratividad del evangelio tiene una TRAMA: los eventos del pasado a hacer contados al presente con proyección al futuro, desde una secuencia que se relaciona con las otras partes. UN CONTEXTO, lugar espacial y temporal donde se desarrolla la narración. EL PUNTO DE VISTA DEL NARRADOR, y el CARÁCTER, es decir la especificidad y tipificación de los personajes principales en el evangelio de Marcos el protagonista esencial es JESUS, otros protagonistas principales serían los DISCÍPULOS, secundarios, la multitud, y los grandes antagonistas LAS AUTORIDADES, civiles y religiosas. En este drama se desarrolla la historia de Jesús que narra el conflicto de su vida por ser el agente de Dios para la Salvación – liberación de los seres humanos, cuya comprensión final solo se dará en la Cruz y Resurrección, Jesús será el Mesías sí pero paradójico, crucificado.

Entender que “Jesús es el Señor”, “El Hijo de Dios, el Mesías y el Salvador” es una experiencia religiosa muy contextualizada y concreta como lo entendieron las comunidades de Pablo por el año 50, es la meta de todo creyente. Pero Recuperar la historia para seguir viviendo en el medio del conflicto para entender los ORÍGENES y recuperar el sentido de lo que el Jesús humano pasó haciendo por este mundo es algo más complicado, pero es una aventura a la que se lanzaron las comunidades de MARCOS, por el año 70. Hoy podemos entender mejor el sentido. En otras palabras, es más fácil creer que Jesús es Dios y nos salva, pero es mucho más complicado que el judío Jesús, marginal y campesino pretendía conectar con la esperanza de los hombres. Dios se revela en Jesús, como lo definitivo, y Jesús revela a Dios como el fiel a sus promesas. El Dios Creador es el Dios Salvador.

Jesús comenzó predicando desde la marginal Galilea un mensaje de vida, por ello sabiendo que la vida es corta, en nuestro aquí y ahora se anuncia la novedad de la historia: “se ha cumplido el tiempo, el Reino está cerca”, lo dice la experiencia de un campesino judío, piadoso, quien acaba de bautizarse por Juan (comienzo del ciclo B, Mc1:14-20). El decir de Jesús es actuar, por ello nos invita a expulsar los demonios que nos impiden la experiencia de Dios (Mc1:21-28). Pero para ver hay que oír (aquí se entrecruzó san Juan 1:35-42, pero completa lo que Marcos fomenta.) Retomamos Marcos y nos preguntamos, pero ¿qué es la vida? Para el Jesús de Marcos la vida es acción, luchar contra los que se oponen al Reino (Mc1: 29-39, y una serie de Milagros que nos narrará por varias semanas) La experiencia del Reino no es solo superar el mal haciendo milagros, sino experimentar el poder de Dios como compasión (Mc1: 40-45). Pero ¿qué es más fácil para los cristianos pedir milagros a Dios que nos cure o liberar la fuerza de la fe y levantarnos de nuestras camillas? (Mc2: 1-12). La imagen de Jesús mago puede darse pero es injusta, no revela su ser y actuar, no los hace por demostrar poderes ocultos. La de traumaturgo es cierta, a su vez incompleta, la de mostrar los símbolos del Reino, como coherencia con su predica es más honesta. LLEGARÁ EL DIA, que nos arrebaten al novio (Jesús) pero para el creyente la novedoso es vivir la presencia del Resucitado en el hoy de la historia, el verdadero discípulo de Jesús no ayuna (Mc 2: 18-22).

Se interrumpen el tiempo Ordinario y comienza Cuaresma, Pascua y Pentecostés, se lee otros evangelios. No resumiré las ideas centrales de ese período por centrarnos en el Jesús de Marcos.
Retomamos la segunda parte del Tiempo Ordinario con el domingo XII, Mc 4:35-41: La tempestad calmada: ¿es que de verdad no le importa a Jesús que nos hundamos? Jesús muestra su grandeza usando una pedagogía de la madurez de la fe, en medio de los problemas de la vida muestra la confianza en el Padre y forja a los suyos de la misma manera, Jesús es el Hijo, quien conoce al Padre. Dios quiere (que se cure las dos mujeres una joven niña y una mujer adulta) a la vez quiere algo más que vivan con dignidad y libertad: ten fe y verás: levántate, sánate (XIII Mc 5:21-43). Conocer a Jesús produce asombro, extrañeza y escándalo: ¿qué saber le han enseñado a este para que tales milagros le salgan de las manos? (XIV T.O Mc 6:1-6). Pero Jesús necesita de una comunidad para realizar su misión, sus medios: bastón, sandalias y un amigo ¿serán eficaces y eficientes hoy? (XV Mc 6:7-13). El verdadero éxito para el discípulo de Jesús será sentirse enviado, buscar el equilibrio y ser compasivo, entonces regresaron contentos (XVI. Mc 6:30-34). La figura y los métodos de Jesús son paradójicos, enigmáticos.

Se interrumpe el ciclo de Marcos, para completarlo con el evangelio de san Juan, domingo XVII. Luego sigue Marcos 9:2-10 (XVIII) Jesús se transfiguró delante de tres de los suyos, la gran pregunta en medio del camino es ¿se puede transformar la historia? La clave está en escuchar la voz de Dios: ¡tú eres mi hijo amado!

Del domingo XIX hasta el XXI del T.O interrumpe san Juan con el discurso del Pan de vida. Retomamos Marcos en el XXII 7:1-23: ¿cómo entender la identidad cristiana?: “del corazón del ser humano salen las verdaderas intenciones”. Cuando Jesús hace un milagro su verdadero significado va más allá del hecho: “ábrete” para hacer oír a los sordos, el verdadero milagro es el diálogo (XXIII Mc 7: 31-37). “Las preguntas de la vida son muchas, pero solo una es la esencial”: ustedes ¿quién dice que soy yo? (XXIV. Mc 8: 27-30). La fe es un don que se recibe, pero también una opción, que se realiza. Ante Jesús hay que definirse. El reto del cristiano será vivir con sabiduría: “el que sea el primero que sea el último” (XXV Mc: 9: 30-37). Vivir en el mundo con otros, pero apostando por la formación de los valores (XXVI. Mc 9: 38-48). Estamos en la parte central del evangelio de Marcos, “On the Way”, camino a Jerusalén, está formando a los suyos en lo central de la vida ¿qué tipo de predicador va apareciendo Jesús: un filósofo cínico, un rabino, un judío muy letrado, o un judío marginal que será reconocido como el profeta escatológico del Reino de Dios? ¿Y sus enseñanzas fundan o reforman la religión?

Jesús va a lo esencial: el amor, que es una conquista, su predicación radical sobre el divorcio pone en igualdad de condiciones a la mujer con el hombre y lo esencial es volver al proyecto creador del Padre: serán los dos una sola carne (XXVII Mc 10: 1-16). ¿Qué mismo es el cristianismo: ética o estilo de vida? Lo esencial es la vida eterna (XXVIII Mc 10: 17-27) Y eso lo sabremos en el ejercicio del poder, Jesús nos enseña que el “poder como entrega” de lo mejor de uno es la clave de nuestra identidad en el mundo: Los poderosos oprimen, no sea así entre ustedes (XXIX Mc 10: 35-45). ¿Dónde encontrar a Jesús y al Dios de Jesús: ¿on the way or by the way? En el camino o al borde del camino, curó a un ciego al borde, pero luego se reintegró en el camino correcto de la vida (XXX Mc 10:46-52). Jesús nos dará las pautas para el secreto del amor: es un proyecto social y no solo una realización individual, las dos cosas: amar a Dios y al prójimo, entonces no estamos lejos del Reino. (XXXI Mc 12:28-34). Jesús en el TEMPLO no está mirando quién da más: la pobre viuda o el rico sino qué es lo que hay que dar. La autoridad de Jesús no solo es la coherencia de su vida, la obediencia al Padre, sino su mirada de amor donde nos dice, como Agustín: quién Espera en Dios es porque ya lo tiene (XXXII Mc 12:38-44). Y termina el ciclo sobre la advertencia del final, qué es lo verdaderamente definitivo, aquel que vino promete volver, cómo lo esperaré (Mc 13:24). Nadie sabe el día ni la hora, solo el Padre. Jesús es fiel hasta el final, llegó a Jerusalén y se entregó.

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