Friday, November 17, 2006

 

CUANDO LLEGUE EL DIA

“CUANDO LLEGUE EL DÍA”

XXXIII T.O (Mc. 13: 24-32): “Verán venir al Hijo del Hombre”.  

Comenzaba el primer domingo del tiempo ordinario con la predicación inicial de Jesús: “el tiempo se ha cumplido el Reino de Dios está cerca” (Mc 1: 15) Terminando el tiempo ordinario haciéndonos pensar sobre el fin: “cuando llegue el día”. No es el fin cronológico, de un se acabó el año, comienza otro, se acabó este tema, viene otro, sino el momento de cualificar la historia: qué es lo definitivo en la vida, cuál es mi opción vital que me ayuda a ubicarme en la vida, en el aquí y ahora. Ya que cuando llegue el día, “seremos juzgados por el amor”. Hoy se nos presenta el evangelio apocalíptico (revelador) de Marcos, donde Jesús nos invita a ver las señales de la totalidad de la vida: cosmos, naturaleza, personas donde se refleja la verdad y la belleza, donde Dios quiere posarse libre y amorosamente. Para entender el evangelio de hoy, puede ayudar entender las experiencias límites que solemos tener en la vida, que nos ayudan a repensar nuestra existencia y a darnos otra oportunidad. Como sacerdote, lo que voy a contar es una de las experiencias más dramáticas que me ha tocado acompañar en las pocas personas que aún se confiesan en este mundo desarrollado y que me habla de la importancia de saber apostar por lo definitivo: la belleza de la fe y la esperanza con la que debemos caminar. Veamos.

“Antes de la misa dominical, viene una hermosa joven llorando: padre deseo confesarme. Vamos al confesionario, se sentó y comenzó a hablar, sin dejar de llorar, padre tengo dos hijos, son niños pequeños, soy madre soltera, creo que tengo sida, he tenido relaciones con varias personas y creo que una está infectada y me contagió, me recomiendan hacerme el examen, pero no me lo voy a hacer. Sintió el fin de su vida, la hora de las cuentas. Yo cerraba mis ojos y escuchaba,  pensaba y oraba, qué le digo, ayúdame Señor. Lo primero que le dije, es que tiene que hacerse el examen; ella, con más fuerza y lágrimas me decía que no lo iba a hacer. Volví a cerrar los ojos, y pensaba, le digo o no le digo, que no va a pasar nada que tenga fe, que analice que ella supone que el compañero de esa noche tenía sida, pero no está segura, que confíe, Dios no te va a dejar sola en esto, te va a ayudar a seguir cuidando de tu familia, hazte el examen y verás que no va a pasar nada. Y ¿si me equivoco? ¿no estaré jugando con esta oportunidad de hacer pensar a la gente que la fe mueve montañas, que Dios no falla, a pesar de nuestras fallas? Mejor no digo nada. Pero ¿acaso no vale la pena apostar por aquello que uno siente, que cree que es lo definitivo en la vida: Mi Dios y Señor es real? Mi fe es una oportunidad para crecer no importa las circunstancias. Así que me las jugué, se lo dije con convicción, aposté todo a lo que le decía: hazte el examen, cálmate, más vale salir de esta duda, verás que no tendrás nada y luego ven a verme y hablemos de lo verdaderamente importante en la vida, aprovecha esta oportunidad que piensas que es el final, para comenzar una nueva aventura en tu historia, relacionarte mejor con Dios, valorarte más como persona ya que eres hermosa y tu cuerpo es obra de Dios, así que ánimo, créeme, te lo aseguro…. Se fue, prometió hacerse el examen… No vino a la semana siguiente. Entré en crisis de fe ¿por qué lo dije así, y ahora? ¿tendrá sida? ¿jugué con la fe de la gente? Vino después de dos semanas, se acercó, me abrazó, sonreía sin parar: Padre, todo chévere, super bien; gracias por su ayuda… Y tuvimos un hermoso diálogo sobre el nuevo comienzo de su historia… Terminó preparándose para la primera comunión que no la había hecho. Cuando la hizo, vinieron sus hijos y sus familiares más cercanos”.

El Evangelio de hoy termina diciéndonos: “nadie conoce el día ni la hora…solamente el Padre”. Así es, y nadie mejor que nuestro Padre-Madre Dios para conocernos, amarnos e invitarnos a vivir el presente, como si fuera lo definitivo, aquello que vale la pena apostarlo todo, no se te quitará el drama, la angustia de los problemas y conflictos, pero te invita a superarlos con la esperanza de que la fe alimenta nuestra historia y que el amor verdadero siempre da otra oportunidad. Amén.

Comments: Post a Comment



<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?