Friday, October 27, 2006

 
“ON THE WAY OR BY THE WAY”

XXX T.O Mc 10: 46-52: “Tu fe te ha salvado, y comenzó a seguirlo”.

“On the way” significa: en el camino, y “by the way”: por el camino. Jesús en el evangelio de hoy está en el camino hacia Jerusalén, lugar de su muerte y resurrección, el ciego de Jericó está al borde del camino, a un lado, marginado, sentado, inutilizado. Estamos en la sección final de la parte central del evangelio de Marcos, la sección que va de los capítulos 8:22 al 10:52. En esta sección comenzó Jesús curando a un ciego con saliva, barro, luego con la confesión de Pedro sobre Jesús el Mesías, y su reprensión por no aceptar que tenía que morir, luego dos predicciones más sobre la pasión de Jesús incomprendidas por sus discípulos, la transfiguración igualmente incomprendida y termina con este relato en donde un ciego apenas oír que Jesús estaba en el camino grita: “¡Hijo de David tiene piedad de mí!”. Jesús pide que lo llamen, sus discípulos quienes eran obstáculos para el ciego, le dicen ánimo, levántate, ve donde Jesús.

Mucha gente se pregunta dónde encontrar a Dios, cómo encontrarlo para que nos ayude en nuestros males y necesidades. Hoy el evangelio nos da unas pautas muy concretas: a Dios y a Jesús debemos encontrarlo en el camino de la vida, en nuestra historia concreta, en el día a día, nuestra posibilidad es alta si sabemos oír, aún medio de la multitud, como la que seguía a Jesús, aun en medio de los obstáculos de la vida (como los discípulos de Jesús que impedían el acceso al ciego) o mis limitaciones personales, antes estas son un atractivo para Jesús, como en el caso del ciego, postrado, marginalizado, Jesús exige llamarlo, los discípulos cambian de actitud y hacen lo que un seguidor de Jesús debe hacer en la historia y frente a los grandes males que aquejan a muchos: dar ánimo, levantar al caído y acercarlo a Jesús, quien sabe conducir la historia. Este es el verdadero milagro de hoy y la enseñanza fundamental para quien desea ser seguidor de Jesús.

En el encuentro entre Jesús y el ciego Bartimeo no hay duda que Jesús realiza una curación, no hay duda de la necesidad real de Bartimeo de ver, de ser sanado, pero ¿cuál es la petición fundamental que le hace Bartimeo? Por qué Jesús siempre va a las raíces de las personas y de la vida y le pregunta: “¿qué quiere que haga por ti?”. ¿Acaso Jesús no se da cuenta de lo que necesita? Por qué esta vez no usa tierra, saliva, etc, basta una palabra y la curación ya fue hecha, y como muchas veces lo que dice es “Tu fe te ha salvado”, aquí está la pauta para nuestros males, para el destino de la historia ¿No será que la verdadera petición del ciego será reconocer al Amor verdadero? Esto se dará al final del camino cuando lleguen a Jerusalén y crucifiquen al Mesías, y se reconozca como el soldado romano lo vio y exclamó: “verdaderamente este era hijo de Dios” (Mc 15:39) Lo que el ciego de no hoy nos enseña es que podemos ver a Dios en el camino de la vida y su máxima expresión de amor y poder salvífico en la gloria de la cruz. Entonces sabremos quién mismo conduce esta historia.

Para muchos la historia es cosa de los hombres, pero si es así por qué nos preguntamos ¿a dónde nos llevan quienes dicen dirigir los destinos de los hombres y de los pueblos? Un dato cierto es, que la fe de muchos cristianos y cristianas no da respuesta a los grandes males que aquejan a nuestros pueblos, el Dios a quienes adoramos “no puede hacer nada”, y nuestra historia parece dirigida por ciegos que no se dan cuenta a dónde nos llevan. Hoy más que nunca, solo la fe, la convicción profunda que nuestro destino universal solo dependerá de sentir la condición humana corresponsable con los que están al borde del camino nos ayudará a encontrar el camino de la vida, la justicia y la paz que tanto anhelamos. O decimos: ¡animo, levántate! O seguimos postrados. Tu fe, ¿en dónde te ubica: por el camino (espectador) o en el camino (actor)?

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