Sunday, October 01, 2006

 
LA FORMACIÓN DE LOS VALORES
XXVI T.O. Mc. 9: 38-48: “El que no está en contra, está a favor”.

Estamos leyendo el evangelio de Marcos, vamos por la segunda parte: “camino hacia Jerusalén”. Jesús está formando a sus discípulos no solo con palabras sino con sus obras, amor y ternura, pero ya avanzados los meses, estos siguen sin comprender, y hoy el tierno Juan siente “celos”, ¿prepotencia?: “uno que no es de los nuestros está haciendo lo mismo que nosotros, se lo hemos prohibido”. Nuevamente los discípulos siguen sin entender al Maestro Jesús, y de nuevo este los sorprende: “No se lo impidan quien no está contra nosotros está con nosotros”. ¿Qué significa eso? ¿Justo ahora en donde priman asociaciones significativas por intereses grupales, por afinidad, cercanía o circunstancia? ¿Justo hoy donde en el mundo de lo religioso predomina el credo grupal, las tradiciones particulares? Pero Justo hoy en donde el mundo es cada vez más globalizado, más interconectado y en donde más necesita unir fuerza para combatir el mal: la guerra, la pobreza, el lucro y la competencia desleal. No hay duda que vivimos una crisis de valores, pero entendámosla bien, ¿a lo mejor no reconocemos los nuevos valores?

Según el señor Koichiro Matsuura, Director General de la UNESCO: “En las sociedades del conocimiento, nuestro problema no va a ser la pérdida de valores, sino el de la elección entre una multiplicidad de ellos. La ciencia, la técnica, el entrecruzamiento de pueblos y culturas, ha traído nuevas posibilidades, aventuras, aún no sospechadas ni desarrolladas. En nuestra época de mundialización y auge de las nuevas tecnologías, el nuevo reto que se va a plantear es el de la preservación de la diversidad cultural. Hoy en día, todavía se hablan unas seis mil lenguas en el mundo, pero es posible que su número se reduzca a la mitad de aquí a finales del siglo XXI”. Y nos sigue diciendo: “afirmar de entrada que los valores están en decadencia no equivale a olvidar precipitadamente que en muchas regiones del mundo las raíces tradicionales siguen sirviendo de base a referencias aparentemente estables, a partir de las cuales se organiza la vida en sociedad y se elabora el sentido de la existencia personal de los individuos. Desde este punto de vista, se podría decir que la crisis de los valores no es universal”. El gran reto, concluye Matsuura será: “estar vigilantes para evitar dos peligros: la erosión de la diversidad cultural y el aumento de las desigualdades”. ¿Hay alguna empatía con los valores que Jesús impregna?

El Evangelio de hoy nos va enseñando la pretensión universal de Jesús, como hemos proclamado muchas veces, murió por todos los hombres y mujeres, nos reconcilió con el Padre-Madre común de la humanidad. Pero su oferta no es impositiva, va poco a poco mostrando el camino hacia el gran valor por el cual vale la pena quedar tuerto, manco o cojo con tal de entrar en el Reino de Dios. ¿Seremos capaces los creyentes de entender cuál es el valor que Jesús nos enseña y por el cual vale jugársela el todo por el todo? Mientras tanto respetemos y entendamos que la acción del Espíritu no se encierra en nuestros cánones, costumbres ni forma de pensar, sino que nos sorprende y provoca en nosotros la capacidad de admiración y respuesta, distinta a la de Juan: en vez de impedir que otros hagan el bien, busquemos desde múltiples maneras y caminos la solución a los males que nos aquejan. Hoy más que nunca el diálogo interreligioso y el respeto a la diversidad cultural se hace necesario como búsqueda de alternativas a la destrucción del planeta y a las desigualdades sociales. Y eso será construir el Reino de Dio, que nos fue dado.

La lógica del ganador y perdedor no siempre ha hecho bien, se la ha entiendo desde la competencia de los unos sobre los otros y no de la responsabilidad de los unos con los otros: El ganador siempre es parte de las soluciones.El perdedor es siempre parte del problema. El ganador siempre tiene un programa.El perdedor siempre tiene una excusa.El ganador dice: “Déjame hacerlo, yo lo hago”.El perdedor dice: “Ese no es mi trabajo”.El ganador encuentra una respuesta a cada problema.El perdedor ve un problema en cada respuesta. El perdedor dice que podrá ser posible pero es muy difícil. El ganador dice: “Podrá ser difícil, pero es posible”. ¿Tú, qué dices?

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