Thursday, November 23, 2006

 
¿ERES O NO ERES EL REY?
Fiesta de Cristo Rey, fin del año litúrgico Ciclo B. Jn 18: 33-38.

¡JESÚS!, ¿QUÉ HAS HECHO? ¿qué has hecho que las autoridades religiosas judías (poder religioso) te han entregado a Pilato (poder político) para que te eliminen? ¿Qué extraña forma tienes de gobernar, de regir la historia, de presentar tu propuesta del reino de Dios? Pues si hay algo claro que hemos visto en este tiempo es que tu forma de decir la verdad, de proclamar lo que el Padre-Madre Dios quiere, es a través de tu compasión, de tu ternura con los que sufren, con los marginados, con las mujeres menospreciadas, con los niños minusvalorados. Pero también tu indignación por ver la hipocresía de las autoridades, la ambición de los poderosos, la falsedad de una devoción desarticulada de la cotidianidad y de las relaciones interpersonales, es decir tu ternura y tu sinceridad te metieron en problemas, y el problema más grande que te metiste, según san Juan, que leemos hoy, es proclamarte abiertamente como el Rey, el mediador absoluto de salvación, el Ungido-Mesías para proclamar la buena noticia que Dios quiere reinar en nuestros corazones y en nuestra historia. ¿Qué lío? Cuando hemos visto todo este año, según san Marcos, que lo que menos te gusta es que te alaben, que te proclamen poderoso o te den títulos de dignidad como Hijo de David, Hijo del Altísimo, sino que te refugiabas en el enigmático título de Hijo de hombre. ¿Qué paradójico que eres Jesús? ¿Cómo vas a reconocer tu dignidad ante el poder? ¿Acaso no sabes, cómo nos gusta a los humanos instalarnos en la mentira y en la ambición? ¿Qué ingenuo fuiste? O ¿qué fiel fuiste? Por algo te llaman el “Testigo fiel”, quisiste proclamar la verdad de tu vida no solo con tus obras, sino con tu muerte.

Pero, ¿REALMENTE ERES EL REY DE LOS JUDÍOS? ¿ERES O NO ERES EL REY? Hoy lo que importa es qué significa que celebremos la fiesta que te proclama como Cristo Rey, cuando los contextos sociales y políticos han cambiado. Hoy los reyes no reinan, sirven para decorar viejos palacios, aunque hermosos, en el viejo mundo, y en el nuevo mundo no existen, se creen en mesías cuando hay hambre y necesidad, les damos el voto pensando que solucionarán lo que los anteriores han destruido, pero los echamos de sus cargos con mucha facilidad, pues rápidamente se descubren sus mentiras e incoherencias. Pilato, el administrador del poder político titubea, vislumbra en ti algo especial, tiene miedo pues ha oído tu historia, atraías a la multitud, hacías señales simbólicas –milagros, llaman algunos- que daban esperanza, el tono de tu palabra y el contenido de la misma revela una autoridad producto de la densidad de tu ser, de vivir en la verdad, de comunicar buena noticia, de venir de Dios. Pero Pilato, prefirió lo que siempre hacía, instalarse en el poder y querer seguir disfrutándolo, por eso te entregó. ¿Qué parecido somos los humanos a Pilato? ¿Cómo vacilamos para no tomar la decisión de seguirte auténticamente y practicar tus enseñanzas? Y preferimos “instalarnos en la finitud”, en “levedad del ser”, en la comodidad de nuestras pequeñas conquistas pues eso de grandes sueños e ideales, quedó para las novelas.

Y si “tu reino no es de este mundo”, ¿de qué mundo es? Qué mal que entendemos tu mensaje, y nos conviene, pues si tu reino fuera de este mundo lleno de porquerías, falsedad y mentira qué poco te valorarías, qué poco ofrecerías. Tu reino solo puede ser del mundo de la verdad y la vida, como las acciones de tus testigos nos han enseñado. Monseñor Romero es recordado y reconocido como tu profeta porque amó de verdad. Un mendigo, borracho limpiaba la tumba de Monseñor, alguien le preguntó: ¿por qué lo haces? –Respondió- “simplemente porque me quería, nunca me tuvo asco, nos hablaba con cariño”. Este es el estilo del Rey, del ungido para proclamar la buena noticia que Dios salva y reina a través del amor.

 
PRESENTE

Acciones simbólicas y significativas: Nov 16-19 del 2006..

Hace dos semanas la Iglesia Católica recordaba a sus difuntos, sus santos. Los recordamos porque creemos que están vivos, están presentes con nosotros y cerca de la fuente de la vida, del Dios papá-mamá que nos acoge a todos. Este fin de semana en Columbus, Georgia-EEUU la sociedad civil liderada por el movimiento S.O.A. watch (“Vigilar a la Escuela de las Américas”, donde se han formado, dictadores, militares de Latinoamérica y de muchas parte del mundo para propagar la hegemonía del Imperio y el sometimiento de los demás, en especial en donde se han formado los que han dado la orden de matar a miles, miles de personas que deseaban lo mínimo para vivir: dignidad, paz, justicia), nos reunimos más de 20. 000 personas de toda clase de credos, rezos, cantos, discursos, pero sobre todo de una gran liturgia por más de tres horas al pie de las puertas del fuerte Benning, rodeados de un gran contingente de policías, helicópteros, se recordó a una gran cantidad de mártires, de fallecidos, desaparecidos, cantando al modo de las letanías de los santos, la letanías de los mártires de estos tiempos. A cada letanía, en donde se recitaba el nombre del mártir, si se conocía, su edad y su sitio, todos en procesión alrededor de la calle principal del fuerte levantábamos nuestras cruces a una sola voz los allí reunidos, decíamos PRESENTE, con el tono de una letanía rezada en nuestras catedrales, hacíamos lo mismo en el santuario del mal, de la guerra. PRESENTE, nuestros mártires están pidiendo justicia y la sociedad civil escucha su clamor anhelando y fomentando la paz, la no violencia activa, la creatividad y la esperanza, por eso cantábamos: NO MÁS, no more, shout the hills of Salvador/ Echo the voices of the World, we cry out, NO MÁS, ¡NO MORE! (No más, gritan las colinas del Salvador/ ecos de las voces del mundo, gritamos: NO MÁS) we must stop the dirty wars/ compañeros, compañeras, we cry out: NO MÁS/ NO MORE (debemos parar la sucia guerra).
Como jesuita me emocioné al escuchar las letanías de los jesuitas del Salvador, entre las primeras de las miles que rezamos ese día (noviembre 20) Me encantó encontrarnos con un grupo pequeño de jesuitas norteamericanos y seglares de la escuela de teología de Berkeley, encabezados por su presidente P. Joseph Daoust sj, que junto con los jesuitas de la escuela de Boston (4 de varios países, uno de USA, un Benedictino y 13 compañeros y compañeras seglares) hicimos una buena delegación para quienes hacer teología es escuchar el clamor por la vida. Además estuvieron “presentes muchos jesuitas de la Asistencia de USA” que justo terminaron su encuentro de formación con muchísimos seglares. Profunda admiración produjo la presencia y alegría del padre Will Brennan sj, de 86 años y en silla de ruedas consiguió hacerse presente en solidaridad con los mártires y con los buscadores de paz. Su testimonio de fidelidad y esperanza se unió al de muchas religiosas de edad, hombres y mujeres de todas las razas, niños y jóvenes.

“IF NO YOU, WHOM, IF NOT NOW, WHEN?” (Si no eres Tú, quién, si no es ahora, cuándo) es el resumen de una larga y profunda homilía del Presidente de la Asistencia de los jesuitas de USA, P. Tom Smolich SJ, ante más de 3.800 universitarios, colegiales, voluntarios, delegados de parroquias, que estuvimos presente en el Columbus Convention Center, como parte del plan de formación para todo EEUU “Ignatian Teach-in for Justice”. La voz de muchos jóvenes de universidades como la de Boston Collage, Loyola Chicago, San Luis Missouri, Fordham se hizo notar por sus cantidad y fervor, unidos a los delegados de las restantes universidades y centros. La acción pastoral es para todos, pero la respuesta cualificada es de minorías que no se conforman con lo establecido, en el interior del sistema se vislumbra su contradicción. La alternativa se va forjando. Fue un acierto profético de los provinciales de USA el unir sus jornadas con este evento de la sociedad civil, símbolo del caminar con el pueblo, de buscar esperanza cualificadas.

MUCHO nos queda para ser más efectivos, pero entre el no hacer nada y el hacer lo posible, es preferible lo último. “El Poder Militar o el terrorismo económico, podrá aplastar muchas flores, pero jamás impedirán la primavera que está por venir”. Estos eventos se realizan cada año.

Friday, November 17, 2006

 

EL JESUS DE MARCOS

EL DIOS DE JESUS Y EL JESUS DE MARCOS (AÑO B)

Resumen de los temas tratados en las reflexiones de este año litúrgico 2006.Marcos nos narra la historia de Jesús para alimentar la fe de las comunidades en conflicto para recordar y recuperar la tradición de Jesús, cuyo impacto produjo la fe y el coraje de proclamarlo como Mesías Crucificado (Mc 14:39) a quien primero se dedicó a predicar y construir el Reino de Dios (Mc 1:14-15). La narratividad de Marcos no es solo una buena historia que tiene un principio, medio y fin, es la mejor manera de decir la verdad, que combina datos trascendentes con datos inmanentes, es decir la historia verdadera se entrecruza con la imaginación, es difícil separar fe y historia, como tampoco es justo mezclarlas sin crítica. Por ello la narratividad del evangelio tiene una TRAMA: los eventos del pasado a hacer contados al presente con proyección al futuro, desde una secuencia que se relaciona con las otras partes. UN CONTEXTO, lugar espacial y temporal donde se desarrolla la narración. EL PUNTO DE VISTA DEL NARRADOR, y el CARÁCTER, es decir la especificidad y tipificación de los personajes principales en el evangelio de Marcos el protagonista esencial es JESUS, otros protagonistas principales serían los DISCÍPULOS, secundarios, la multitud, y los grandes antagonistas LAS AUTORIDADES, civiles y religiosas. En este drama se desarrolla la historia de Jesús que narra el conflicto de su vida por ser el agente de Dios para la Salvación – liberación de los seres humanos, cuya comprensión final solo se dará en la Cruz y Resurrección, Jesús será el Mesías sí pero paradójico, crucificado.

Entender que “Jesús es el Señor”, “El Hijo de Dios, el Mesías y el Salvador” es una experiencia religiosa muy contextualizada y concreta como lo entendieron las comunidades de Pablo por el año 50, es la meta de todo creyente. Pero Recuperar la historia para seguir viviendo en el medio del conflicto para entender los ORÍGENES y recuperar el sentido de lo que el Jesús humano pasó haciendo por este mundo es algo más complicado, pero es una aventura a la que se lanzaron las comunidades de MARCOS, por el año 70. Hoy podemos entender mejor el sentido. En otras palabras, es más fácil creer que Jesús es Dios y nos salva, pero es mucho más complicado que el judío Jesús, marginal y campesino pretendía conectar con la esperanza de los hombres. Dios se revela en Jesús, como lo definitivo, y Jesús revela a Dios como el fiel a sus promesas. El Dios Creador es el Dios Salvador.

Jesús comenzó predicando desde la marginal Galilea un mensaje de vida, por ello sabiendo que la vida es corta, en nuestro aquí y ahora se anuncia la novedad de la historia: “se ha cumplido el tiempo, el Reino está cerca”, lo dice la experiencia de un campesino judío, piadoso, quien acaba de bautizarse por Juan (comienzo del ciclo B, Mc1:14-20). El decir de Jesús es actuar, por ello nos invita a expulsar los demonios que nos impiden la experiencia de Dios (Mc1:21-28). Pero para ver hay que oír (aquí se entrecruzó san Juan 1:35-42, pero completa lo que Marcos fomenta.) Retomamos Marcos y nos preguntamos, pero ¿qué es la vida? Para el Jesús de Marcos la vida es acción, luchar contra los que se oponen al Reino (Mc1: 29-39, y una serie de Milagros que nos narrará por varias semanas) La experiencia del Reino no es solo superar el mal haciendo milagros, sino experimentar el poder de Dios como compasión (Mc1: 40-45). Pero ¿qué es más fácil para los cristianos pedir milagros a Dios que nos cure o liberar la fuerza de la fe y levantarnos de nuestras camillas? (Mc2: 1-12). La imagen de Jesús mago puede darse pero es injusta, no revela su ser y actuar, no los hace por demostrar poderes ocultos. La de traumaturgo es cierta, a su vez incompleta, la de mostrar los símbolos del Reino, como coherencia con su predica es más honesta. LLEGARÁ EL DIA, que nos arrebaten al novio (Jesús) pero para el creyente la novedoso es vivir la presencia del Resucitado en el hoy de la historia, el verdadero discípulo de Jesús no ayuna (Mc 2: 18-22).

Se interrumpen el tiempo Ordinario y comienza Cuaresma, Pascua y Pentecostés, se lee otros evangelios. No resumiré las ideas centrales de ese período por centrarnos en el Jesús de Marcos.
Retomamos la segunda parte del Tiempo Ordinario con el domingo XII, Mc 4:35-41: La tempestad calmada: ¿es que de verdad no le importa a Jesús que nos hundamos? Jesús muestra su grandeza usando una pedagogía de la madurez de la fe, en medio de los problemas de la vida muestra la confianza en el Padre y forja a los suyos de la misma manera, Jesús es el Hijo, quien conoce al Padre. Dios quiere (que se cure las dos mujeres una joven niña y una mujer adulta) a la vez quiere algo más que vivan con dignidad y libertad: ten fe y verás: levántate, sánate (XIII Mc 5:21-43). Conocer a Jesús produce asombro, extrañeza y escándalo: ¿qué saber le han enseñado a este para que tales milagros le salgan de las manos? (XIV T.O Mc 6:1-6). Pero Jesús necesita de una comunidad para realizar su misión, sus medios: bastón, sandalias y un amigo ¿serán eficaces y eficientes hoy? (XV Mc 6:7-13). El verdadero éxito para el discípulo de Jesús será sentirse enviado, buscar el equilibrio y ser compasivo, entonces regresaron contentos (XVI. Mc 6:30-34). La figura y los métodos de Jesús son paradójicos, enigmáticos.

Se interrumpe el ciclo de Marcos, para completarlo con el evangelio de san Juan, domingo XVII. Luego sigue Marcos 9:2-10 (XVIII) Jesús se transfiguró delante de tres de los suyos, la gran pregunta en medio del camino es ¿se puede transformar la historia? La clave está en escuchar la voz de Dios: ¡tú eres mi hijo amado!

Del domingo XIX hasta el XXI del T.O interrumpe san Juan con el discurso del Pan de vida. Retomamos Marcos en el XXII 7:1-23: ¿cómo entender la identidad cristiana?: “del corazón del ser humano salen las verdaderas intenciones”. Cuando Jesús hace un milagro su verdadero significado va más allá del hecho: “ábrete” para hacer oír a los sordos, el verdadero milagro es el diálogo (XXIII Mc 7: 31-37). “Las preguntas de la vida son muchas, pero solo una es la esencial”: ustedes ¿quién dice que soy yo? (XXIV. Mc 8: 27-30). La fe es un don que se recibe, pero también una opción, que se realiza. Ante Jesús hay que definirse. El reto del cristiano será vivir con sabiduría: “el que sea el primero que sea el último” (XXV Mc: 9: 30-37). Vivir en el mundo con otros, pero apostando por la formación de los valores (XXVI. Mc 9: 38-48). Estamos en la parte central del evangelio de Marcos, “On the Way”, camino a Jerusalén, está formando a los suyos en lo central de la vida ¿qué tipo de predicador va apareciendo Jesús: un filósofo cínico, un rabino, un judío muy letrado, o un judío marginal que será reconocido como el profeta escatológico del Reino de Dios? ¿Y sus enseñanzas fundan o reforman la religión?

Jesús va a lo esencial: el amor, que es una conquista, su predicación radical sobre el divorcio pone en igualdad de condiciones a la mujer con el hombre y lo esencial es volver al proyecto creador del Padre: serán los dos una sola carne (XXVII Mc 10: 1-16). ¿Qué mismo es el cristianismo: ética o estilo de vida? Lo esencial es la vida eterna (XXVIII Mc 10: 17-27) Y eso lo sabremos en el ejercicio del poder, Jesús nos enseña que el “poder como entrega” de lo mejor de uno es la clave de nuestra identidad en el mundo: Los poderosos oprimen, no sea así entre ustedes (XXIX Mc 10: 35-45). ¿Dónde encontrar a Jesús y al Dios de Jesús: ¿on the way or by the way? En el camino o al borde del camino, curó a un ciego al borde, pero luego se reintegró en el camino correcto de la vida (XXX Mc 10:46-52). Jesús nos dará las pautas para el secreto del amor: es un proyecto social y no solo una realización individual, las dos cosas: amar a Dios y al prójimo, entonces no estamos lejos del Reino. (XXXI Mc 12:28-34). Jesús en el TEMPLO no está mirando quién da más: la pobre viuda o el rico sino qué es lo que hay que dar. La autoridad de Jesús no solo es la coherencia de su vida, la obediencia al Padre, sino su mirada de amor donde nos dice, como Agustín: quién Espera en Dios es porque ya lo tiene (XXXII Mc 12:38-44). Y termina el ciclo sobre la advertencia del final, qué es lo verdaderamente definitivo, aquel que vino promete volver, cómo lo esperaré (Mc 13:24). Nadie sabe el día ni la hora, solo el Padre. Jesús es fiel hasta el final, llegó a Jerusalén y se entregó.

 

CUANDO LLEGUE EL DIA

“CUANDO LLEGUE EL DÍA”

XXXIII T.O (Mc. 13: 24-32): “Verán venir al Hijo del Hombre”.  

Comenzaba el primer domingo del tiempo ordinario con la predicación inicial de Jesús: “el tiempo se ha cumplido el Reino de Dios está cerca” (Mc 1: 15) Terminando el tiempo ordinario haciéndonos pensar sobre el fin: “cuando llegue el día”. No es el fin cronológico, de un se acabó el año, comienza otro, se acabó este tema, viene otro, sino el momento de cualificar la historia: qué es lo definitivo en la vida, cuál es mi opción vital que me ayuda a ubicarme en la vida, en el aquí y ahora. Ya que cuando llegue el día, “seremos juzgados por el amor”. Hoy se nos presenta el evangelio apocalíptico (revelador) de Marcos, donde Jesús nos invita a ver las señales de la totalidad de la vida: cosmos, naturaleza, personas donde se refleja la verdad y la belleza, donde Dios quiere posarse libre y amorosamente. Para entender el evangelio de hoy, puede ayudar entender las experiencias límites que solemos tener en la vida, que nos ayudan a repensar nuestra existencia y a darnos otra oportunidad. Como sacerdote, lo que voy a contar es una de las experiencias más dramáticas que me ha tocado acompañar en las pocas personas que aún se confiesan en este mundo desarrollado y que me habla de la importancia de saber apostar por lo definitivo: la belleza de la fe y la esperanza con la que debemos caminar. Veamos.

“Antes de la misa dominical, viene una hermosa joven llorando: padre deseo confesarme. Vamos al confesionario, se sentó y comenzó a hablar, sin dejar de llorar, padre tengo dos hijos, son niños pequeños, soy madre soltera, creo que tengo sida, he tenido relaciones con varias personas y creo que una está infectada y me contagió, me recomiendan hacerme el examen, pero no me lo voy a hacer. Sintió el fin de su vida, la hora de las cuentas. Yo cerraba mis ojos y escuchaba,  pensaba y oraba, qué le digo, ayúdame Señor. Lo primero que le dije, es que tiene que hacerse el examen; ella, con más fuerza y lágrimas me decía que no lo iba a hacer. Volví a cerrar los ojos, y pensaba, le digo o no le digo, que no va a pasar nada que tenga fe, que analice que ella supone que el compañero de esa noche tenía sida, pero no está segura, que confíe, Dios no te va a dejar sola en esto, te va a ayudar a seguir cuidando de tu familia, hazte el examen y verás que no va a pasar nada. Y ¿si me equivoco? ¿no estaré jugando con esta oportunidad de hacer pensar a la gente que la fe mueve montañas, que Dios no falla, a pesar de nuestras fallas? Mejor no digo nada. Pero ¿acaso no vale la pena apostar por aquello que uno siente, que cree que es lo definitivo en la vida: Mi Dios y Señor es real? Mi fe es una oportunidad para crecer no importa las circunstancias. Así que me las jugué, se lo dije con convicción, aposté todo a lo que le decía: hazte el examen, cálmate, más vale salir de esta duda, verás que no tendrás nada y luego ven a verme y hablemos de lo verdaderamente importante en la vida, aprovecha esta oportunidad que piensas que es el final, para comenzar una nueva aventura en tu historia, relacionarte mejor con Dios, valorarte más como persona ya que eres hermosa y tu cuerpo es obra de Dios, así que ánimo, créeme, te lo aseguro…. Se fue, prometió hacerse el examen… No vino a la semana siguiente. Entré en crisis de fe ¿por qué lo dije así, y ahora? ¿tendrá sida? ¿jugué con la fe de la gente? Vino después de dos semanas, se acercó, me abrazó, sonreía sin parar: Padre, todo chévere, super bien; gracias por su ayuda… Y tuvimos un hermoso diálogo sobre el nuevo comienzo de su historia… Terminó preparándose para la primera comunión que no la había hecho. Cuando la hizo, vinieron sus hijos y sus familiares más cercanos”.

El Evangelio de hoy termina diciéndonos: “nadie conoce el día ni la hora…solamente el Padre”. Así es, y nadie mejor que nuestro Padre-Madre Dios para conocernos, amarnos e invitarnos a vivir el presente, como si fuera lo definitivo, aquello que vale la pena apostarlo todo, no se te quitará el drama, la angustia de los problemas y conflictos, pero te invita a superarlos con la esperanza de que la fe alimenta nuestra historia y que el amor verdadero siempre da otra oportunidad. Amén.

Friday, November 10, 2006

 

¿QUIEN DA MÁS? PERO, DE QUÉ

¿QUIÉN DA MÁS?... PERO DE QUÉ

XXXII T.O: “La pobre viuda dio todo lo que tenía para vivir”.
El P. Jorge Peláez sj, Vicerrector Académico de la Universidad Javeriana de Cali-Colombia hace una comparación respecto al evangelio de hoy: “Cuando uno visita las espléndidas instalaciones de las universidades norteamericanas, observa que muchos de los edificios llevan los nombres de quienes los han donado. Se trata de exalumnos exitosos que agradecen a su Alma Mater la formación que les dio. La liturgia de hoy centra su atención en dos mujeres donantes, pero de un perfil muy particular. Ellas no aportaron, como lo hacen los exalumnos norteamericanos, millones de dólares; la viuda de la primera lectura regaló un pan al profeta Elías; la viuda del evangelio depositó dos monedas en la alcancía del templo de Jerusalén. Dieron, no lo que les sobraba, sino que se desprendieron de algo que les era absolutamente necesario”.
Las consecuencias éticas de la predicación de Jesús son claras y necesarias, pero para él no es lo esencial, es consecuencia. Lo esencial está en otro lado. Lamentablemente manipulamos, suavizamos, disminuimos el poder del evangelio ante el apremio de nuestras necesidades. En la primera parte del evangelio de hoy, Jesús critica, para variar, a los “escribas”, los expertos religiosos en la ley de Dios, nos previene que nos cuidemos de su ambición, de su exhibicionismo, de su sabiduría, de la explotación que hacen de las viudas de aquel entonces. La segunda parte del evangelio resalta, por contraste el valor religioso del donativo de una pobre viuda. El que tiene el poder de explicar el mensaje de Dios es criticado por Jesús, y la que no tiene ningún poder es alabada por la forma de dar, no solo por dar. Hoy más que nunca Jesús exige discernir los medios con que evangelizamos, la forma como queremos entregar el mensaje liberador de hermandad.
Hoy muchas congregaciones religiosas, conferencias episcopales, parroquias y agentes de pastoral nos parecemos más a una ONG que desean resolver los problemas sociales y políticos involucrándose en el mercado financiero para “la sostenibilidad” de sus obras y servir mejor a los pobres, pero pagando a los técnicos unos sueldos que superan la media de los trabajadores del lugar. Se fortalecen las instituciones, y se invisibiliza el contacto personal, las relaciones de hermandad, hay que ser eficaces y eficientes para poder ayudar con impacto. ¿En dónde está la credibilidad de nuestro mensaje cristiano? Se exige el sacrificio de profesores mal pagados, pero no el de los técnicos ni consultores de todo tipo. Los escribas de hoy, léase religiosos (sas), sacerdotes, seguimos resaltando la labor y los donativos de nuestros grandes bienhechores, sin los cuales nuestras obras no se sostendrían, muy pocas viudas pobres son recordadas o sentadas en el lugar que les corresponde. Buscamos acercarnos a quien puede darnos más, a veces predicamos, exigiendo que nos den más. La palabra de Dios sigue interpelándonos, la clave de hoy está en comprender la mirada de Jesús: qué miró en el escriba que le provocó tales críticas y qué miró en la viuda que ocasionó tales alabanzas: ¿qué es lo que debemos dar?
La mirada de Jesús penetra la mente: qué mismo pensamos cuando hacemos algo, y va al corazón qué mismo pedimos, deseamos y debemos dar. La pobre viuda representa la esperanza de los creyentes, ella dio todo lo que tenía porque confiaba en su Dios, pues como decía san Agustín: “Esperar a Dios, significa tenerlo”. Amén.  

Friday, November 03, 2006

 
¿ESTAMOS LEJOS O CERCA DEL AMOR (REINO)?

XXXI T.O Mc 12: 28-34: “No estás lejos del Reino de Dios”.

Muchas parejas se han jurado amor eterno para comenzar una aventura, un proyecto de vida que no ha llegado muy lejos: un año, dos años, unos cuantos años. Nadie duda de la sinceridad inicial, pero la pregunta del millón aún no se contesta ¿por qué el amor humano es tan vulnerable, tan frágil? Las lecturas de hoy nos hablan del verdadero amor, el humano y el divino, pero lo encontramos en un contexto de polémica, debate y encerrado en fórmulas jurídicas y por eso hablamos del “mandamiento” del amor. Hoy muchos predicarán sobre el gran mandamiento indisoluble del amor a Dios y a los hombres como síntesis de la “religión” cristiana y no cristiana, pues en el fondo es una tradición muy judía anterior al cristianismo: amar a Dios según el Deuteronomio 6:4, y al prójimo según Levítico 19:18, y era tan claro este mandamiento como resumen de la manera de relacionarse con Dios, que tuvieron que crear 611 leyes más para especificar qué significa amar a Dios y a los hombres. El amor se reduce a una ética y la ética a una casuística, pues hay que entender cada caso y ver cuando se puede soltar el vínculo (tribunales eclesiásticos). ¿Verdaderamente creemos los humanos que podemos enmarcar al Espíritu del Amor? Podemos ser sinceros un ratito y preguntarnos de verdad: ¿amamos o creemos amar?

El Salmo (18) de hoy nos dice: “Yo te amo Señor, tu eres mi fortaleza”. No se parece esta hermosa y verdadera frase a esta otra que nos decimos los humanos cuando estamos enamorados: “yo te amo porque te necesito”, “no puedo vivir sin ti”. ¿Es que podemos condicionar al amor según nuestras necesidades humanas de cubrir la soledad, de sentir compañía, protección? ¿Es eso un proyecto de vida? Cuando Jesús quiso mostrarnos qué es el amor y cuál era su misión en el mundo, la mejor manera con que nos enseñó sin que nadie le pregunte o lo pongan a prueba, sino porque salía de sus convicciones y experiencia profunda, usaba las parábolas, el silencio en la oración y en la cruz, y el compartir la mesa con los suyos y los necesitados: “El Amor es como un Padre que abraza a su hijo pecador y busca que razone el justo resentido”, “el Amor es como un grano de trigo que tiene que caer y producir”, “El Amor es como un samaritano (no cristiano) que tiene que levantar, limpiar y cubrir al caído”, “El amor es como el pastor que cuida y da la vida por sus ovejas”, “nadie tiene más amor que cuando sirve o se pone a los pies de los demás”, por eso la señal del amor es la cruz que indica resurrección- eternidad. Jamás Jesús por su propia iniciativa enseñaba a través de leyes y preceptos. Más claro no puede estar, pero nosotros, como los escribas y piadosos de antes, preferimos los sacrificios y holocaustos como prueba de nuestro amor.

Hoy Jesús nos da unas pautas para entender lo que es el verdadero amor, más allá de la ley y las costumbres, ojala no las olvidemos. El secreto del amor está en “escuchar” (no en sentir solamente como solemos decir), en amar con “todo” (no con la partecita de nuestro cuerpo o sentidos), y hacerlo como a “uno mismo” (no reducirlo así mismo), pues no hay más mandamientos (no nos compliquemos la vida tanto), el amor a Dios no se prueba con sacrificios y holocaustos (cuando una madre cuida a su hijo o hija enfermo toda la noche no lo hace por obligación). Entonces la clave de todo esto no es la relación de dos personas solamente, sino la superación del individualismo y las dicotomías: individuo-sociedad, yo-tu, cuando entendamos que el amor es un proyecto social, un nosotros: “no estamos lejos del Reino de Dios”. ¿Mi amor al otro-otra me ayuda a crecer y abrirme o me encierro y encierro al amor?

“Cuentan que el rey San Luis de Francia envió al obispo de Chartres a una embajada. En el camino a su destino, el obispo se topó con una mujer de rostro grave y andar decidido, que, a pesar de que era de día, llevaba en una mano una antorcha encendida y en la otra un cántaro con agua. Intrigado por esa imagen, el obispo mandó detener el carruaje y le preguntó: -¿A dónde vas y para qué llevas esas cosas? Ella contestó: Con el agua voy a apagar el infierno, y con la antorcha voy a incendiar el paraíso. Quiero que los hombres amen a Dios por amor a Dios, no por miedo o de un modo interesado”. No digo más. Amén.

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